Para evitar la gran longitud de un anteojo terrestre, se utiliza un juego de dos prismas pentagonales enfrentados. Éstos, tienen la virdtud de que gracias a las cinco reflexiones producidad intervienen la imagen dada por el ocular. Además, gracias al ir y venir entre las reflexiones, se logra que el rayo recorra una pequeña trayectoria óptica dentro de una distancia más larga.
Para evitar la gran longitud de un anteojo terrestre, se utiliza un juego de dos prismas de Porro engrentados. Éstos, tienen la virdtud de que gracias a las cuatro reflexiones producidad enderezcan la imagen dada por el objetivo. Además, gracias al ir y venir entre las reflexiones, se logra que el rayo recorra una considerable trayectoria óptica dentro de una distancia especial más corta.